"No ralles los muebles"
le dijo a Juanito su mamá
y es que como el tenía 2 años
siempre se iba a equivocar.
Rayaba los muebles,
pintaba la alfombra,
eran 2 cosas
que a su mamá tenía
vuelta loca.
Y con un "trata de no hacerlo"
todo se solucionaba,
y por un momento
sus ojos brillaban.
Brillaban de alegría,
se supone que entendía,
pues cuando a él lo regañaban
el se iba directo a su cama.
El era obediente,
eso nadie lo discute,
pero que era cabeza hueca,
ese es otro tema...
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